Hoy, 22 de octubre de 2021, celebramos el Día Europeo de las Personas Sordociegas concienciando a la sociedad y las instituciones públicas y privadas de nuestra existencia, haciéndonos visibles y mostrando la complejidad de nuestras necesidades, pero también nuestras capacidades y habilidades.
Esta fecha conmemora la creación de la Unión Europea de Personas Sordociegas (EDbU), única entidad a nivel europeo representada por nosotras, las propias personas Sordociegas.
La EDbU es, por tanto, la auténtica voz de las personas sordociegas en Europa y trabaja para obtener la igualdad y la inclusión social de nuestro colectivo en todos los países de este continente.
La sordoceguera es una discapacidad única que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales, auditiva y visual, que generan graves problemas de percepción global, comunicación, acceso a la formación y a la información, severas dificultades de movilidad y de participación en el entorno de manera normalizada. Para nosotros es indispensable contar con personal específicamente formado en nuestros sistemas de comunicación, como son los profesionales de la guía-interpretación y la mediación comunicativa.
Se estima que en Europa vivimos más de 100.000 personas Sordociegas y todas nos hemos tenido que enfrentar en estos últimos tiempos a una pandemia que marca, entre otras cosas distancia social, cuando nosotros accedemos al mundo a través del tacto.
Por todo esto, las personas sordociegas instamos a todos los países de Europa a lo siguiente:
- Garantizar los apoyos y recursos comunicativos que permitan el acceso a los servicios sanitarios en igualdad de condiciones.
- Desarrollar e implementar protocolos en situaciones de emergencia para las personas sordociegas.
- Tener en cuenta la flexibilidad necesaria a tomar, por parte de las personas sordociegas y el resto de la sociedad, para posibilitar la interacción comunicativa entre ambas, contando con las características específicas de menor distancia, contacto físico y necesidades de las personas sordociegas para poder comunicarse, garantizándose la seguridad tanto de nuestro colectivo, como de la ciudadanía.
- Tener en cuenta las características de accesibilidad necesarias para las que las personas sordociegas puedan acceder al contenido televisivo: interpretación en lengua de signos adaptada con fondo oscuro y mayor tamaño y subtítulos con contraste, siendo en este momento crucial la información sobre la salud. Así como favorecer la accesibilidad a la información y prensa escrita a través de los medios digitales, garantizando el acceso a la información normativa y oficial que por parte de las distintas Administraciones se emita en los diferentes medios, especialmente relacionada con la salud pública, emergencias y seguridad.
- Promover el estudio y la implementación de los diferentes y específicos sistemas de comunicación propios de las personas Sordociegas, procurando su difusión y su uso por parte de todo el colectivo. También exigimos el reconocimiento de las lenguas de signos de toda Europa como lenguas nacionales y la consideración del colectivo de personas Sordociegas como usuarias de las mismas.
- Ejercer de forma libre el derecho a la toma de decisiones en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía. Para ello, las administraciones públicas se responsabilizarán de facilitar las medidas que posibiliten el acceso a un servicio de guías-intérpretes y mediadores comunicativos estable y cualificado, que faciliten la inclusión social y la participación efectiva de las personas sordociegas en todos los ámbitos de la vida.
- Requerir a las administraciones y organismos públicos o privados la garantía de que sus equipos disponen de la formación e información necesaria para saber a quién dirigirse para solicitar el servicio de guía-interpretación.
- Reconocer y promocionar el bastón rojo-blanco como elemento identificativo del colectivo de personas sordociegas por parte de los organismos públicos para darle visibilidad social.
Por último, reiteramos a las autoridades públicas la necesidad e importancia del reconocimiento legal de la sordoceguera como discapacidad única, que garantice el disfrute pleno de nuestros derechos.