El pasado miércoles 27 de mayo la responsable de la Sección de Mujeres Sordociegas de ASOCIDE Región de Murcia, Manuela García Alarcón, compartió ante unas 240 mujeres, tanto de España como de Latinoamérica, la situación de las mujeres sordociegas en España en la actualidad y la incidencia que tiene la pandemia y el confinamiento en este colectivo.
La intervención la realizó en el V Ciclo de Webinarios “No estás sola” que organiza la Fundación CERMI Mujeres cada miércoles y en esta ocasión, el tema trató sobre “La violencia doméstica por razón de género y discapacidad durante el confinamiento” y se tituló “Las mujeres sordociegas frente a la violencia de género”. Ésta fue elaborada por el grupo de trabajo que forman las responsables de las secciones de mujeres sordociegas de ASOCIDE Canarias, ASOCIDE Comunidad de Madrid, ASOCIDE Comunidad Valenciana, ASOCIDE Región de Murcia y la Sección Estatal de Mujeres Sordociegas de FASOCIDE.
Este grupo de trabajo lleva tiempo coordinando y atendiendo las necesidades específicas del colectivo de mujeres sordociegas, por este motivo no quisieron dejar pasar la oportunidad de exponer en este espacio de encuentro la situación actual que muchas mujeres están viviendo en este momento debido a la pandemia y poner voz a sus necesidades más urgentes.
A continuación, compartimos la intervención completa de Manuela García Alarcón:
Las mujeres sordociegas sufrimos una doble discriminación, por ser mujeres y por ser sordociegas. Tenemos unas barreras de comunicación muy grandes que nos afectan en nuestro día a día.
La sordoceguera es una discapacidad muy heterogénea y los sistemas de comunicación son completamente diferentes para cada una, por eso es inevitable contar con el apoyo de los/las guías intérpretes para la comunicación y la movilidad. Y por supuesto, la necesidad de contar con este/a profesional nos afecta de manera más grave a nosotras, las mujeres, porque tenemos muchas dificultades para acceder a la información y a la formación, sobre todo en temas de género.
Muchas mujeres sordociegas viven situaciones de violencia y no son conscientes de ello, no la identifican como tal. Otras mujeres sí son conscientes pero tienen miedo a denunciarlo porque económicamente son dependientes de la familia, el marido o la pareja. Y uno de los problemas más graves es que en la actualidad los protocolos de denuncia no son accesibles para nosotras y no podemos acceder fácilmente a las aplicaciones o recursos existentes para denunciar y son las asociaciones que prestan el servicio de guías intérpretes con quienes primero debemos contactar para cualquier urgencia o necesidad.
Ahora mismo, con la situación actual debido a la pandemia, desde las asociaciones y secciones de mujer estamos en contacto con cada una de ellas para saber en qué situación están, porque sabemos que época de confinamiento aumentan los casos de violencia.
Actualmente hay 4 situaciones donde vemos las diferentes formas de violencia en las que nos encontramos las mujeres sordociegas:
- Están las mujeres sordociegas que viven solas. Por ejemplo puede ser una mujer que no haya estudiado, que no sepa utilizar internet, que no utilice las nuevas tecnologías y que ahora se sienta aislada. Antes salía a participar en actividades y podía comunicarse con otras personas sordociegas, tenía más movimiento, pero debido al confinamiento tiene que estar en casa. No se puede comunicar con los vecinos, si es que saben comunicarse con ella, porque tienen miedo a contagiarse y a contagiarla. Entonces estas mujeres sordociegas se encierran en casa para sentirse seguras. La guía- intérprete va pero solo para llevarle la compra y luego se va. También puede ser que tenga un servicio de ayuda a domicilio pero cuando termina el trabajo se va y el resto del tiempo está sola. Si llegase alguien a su casa, no sabe con qué intención es y puede hacerle algún daño. Entonces estas mujeres se encierran en casa y viven esto en soledad, con mucha ansiedad, muchos nervios y mucha preocupación. Están sufriendo mucho porque no pueden pagar a alguien para que conviva con ellas, porque la pensión no da para pagar un sueldo a otra persona, entonces ¿cómo lo hacen? Pues se resignan a estar solas.
- El segundo serían las mujeres que están en residencias de mayores. A lo mejor sus padres han fallecido ya, las cuidaban, y ahora solo tienen a su hermana y si no tiene una comunicación fluida con ella, la envían a una residencia. La obligan, sin ella decidirlo. En esta situación, la mediadora va a la residencia, le enseña lengua de signos pero ahora con el tema del coronavirus este servicio no se puede realizar, no pueden entrar a las residencias. Y entonces la mujer sordociega ve que la mediadora no va y no sabe por qué. Porque no puede comunicarse con los trabajadores y no saben cómo comunicarse con ella. Puede estar sufriendo violencia o abusos dentro de la residencia y no poder comunicarlo.
- Otra situación es el de las menores, el de las niñas, que a veces dentro de las familias pueden estar sufriendo algún tipo de violencia. Cuando son niñas sordociegas, ¿cómo lo denuncian? Antes iban al colegio, pero ahora al no poder ir al colegio se quedan en casa. Si están viviendo alguna situación de violencia, ¿cómo lo pueden comunicar? Se pueden revelar pero las personas pueden no entenderlas porque no conocen su sistema de comunicación. Es fundamental derribar esas barreras de comunicación y aislamiento.
- El último serían las mujeres sordociegas que sufren maltratos por parte de su pareja. Al final, acaban aceptando esta situación porque si se revelan y quieren denunciar, ¿cómo lo hacen? No lo pueden denunciar, se sienten atadas y dependientes del marido. Al final ¿qué les queda? ¿Suicidarse? Hay que tener mucho cuidado con estas situaciones. También está el caso de las mujeres sordociegas que se están separando y con el confinamiento han tenido que continuar viviendo juntos. Es una situación delicada porque no sabes qué puede pasar.
Tenemos el caso de una mujer que durante este confinamiento nos comentó que no lo está pasando bien en casa y es difícil pedir ayuda, dice que habla con su psicóloga a escondidas para que su marido no la vea, que es la manera de que le pueda dar unas pautas. Pero que está siendo muy dura la convivencia porque su marido tiene una enfermedad mental y de un rato a otro se enfada y cambia de carácter y le falta el respeto, y ella se siente impotente y siente que con el confinamiento todo va para atrás, depende de él y eso le genera mucha angustia. Ha llegado pensar en dejar todo y suicidarse pero aguanta por su familia, y nos consta que hace todo lo posible para estar bien y estar en contacto con sus compañeros, que eso le da la vida.
Está siendo un momento muy difícil, por eso desde las asociaciones las estamos apoyando en todo lo que necesitan. Desde la Sección Estatal se ha elaborado un protocolo provisional para este momento y se ha difundido entre las asociaciones.
Si una mujer sordociega necesita denunciar o necesita asesoramiento, debe ponerse primero en contacto con la asociación de su comunidad autónoma o sección de mujer si la hay y en caso de no tener asociación, con la Sección Estatal de mujer y a través de los servicios de atención de Personas Sordociegas de cada asociación pueden llevar a cabo esa denuncia.
Es necesario incrementar el servicio de guías- intérpretes pero lamentablemente es imposible porque no se recibe más dinero, por eso es importante que estos servicios se pudieran subvencionar más, porque realmente no sé qué haríamos sin estos/as profesionales en nuestro día a día y más en estos momentos de confinamiento.
El proceso es lento pero seguimos trabajando todas juntas para conseguir dar respuesta a esta situación, pudiendo en un futuro contar con un servicio de profesionales las 24hs, así que no nos rendimos, seguimos trabajando juntas.
Muchas gracias a todas por escucharnos.